Tuesday, 13 December 2016

Introducción





Pocas cosas podrían simbolizar la sociedad occidental mejor que la televisión. No es mera coincidencia que la televisión ha llegado a imponer el estilo de vida moderno: la meta de su propagación dentro de la sociedad ha sido de cultivar ciertos hábitos en la gente. Muchos científicos, como por ejemplo el americano George Gerbner, han estudiado los efectos de la televisión sobre los seres humanos.  Vamos a intentar, por intermedio de algunos artículos, de desvelar unos resultados de las investigaciones científicas sobre la televisión que demuestran sin duda que la televisión es una medida de manipular la opinión pública. Estos artículos deberían ser suficientes para convencer la gente de dejar de ver la tele.

El medio es el mensaje. Un nuevo ambiente simbólico.





Para empezar a comprender la influencia negativa de la televisión en el mundo, podemos  mirar, al principio, como ella influencia la cultura, nuestro ambiente simbólico. Una investigación del año 1987 dice: "La configuración repetitiva de los mensajes e imágenes producidos por la televisión forma la corriente principal de un ambiente simbólico común"[1].  Esta investigación no se centra en el contenido de los programas, pero en la naturaleza de la televisión. Esta naturaleza es de presentar la realidad en fragmentos de informaciónes separados de su contexto y valor original. En otras palabras, la televisión crea discontinuidad en nuestra forma de ver la realidad. Marshall McLuhan, un filósofo canadiense, dice que "el medio (es decir medio de comunicación) es el mensaje". Esto significa que el medio viene junto con una multitud de valores, con su propio "modo de ser". Tiene su propio carácter y cualquier persona que interacciona con él va a ser influenciada por él. [2]


[1] George Gerbner, Larry Gross, Michael Morgan, Nancy Signorielli. Living with Television: The Dynamics of the Cultivation Process. Taylor & Francis, 1987. “The repetitive pattern of television’s mass-produced messages and images forms the mainstream of a common symbolic environment.” 
[2] Marshall McLuhan. Understanding Media: The Extensions of Man. 1964 “The restructuring of human work and association was shaped by the technique of fragmentation that is the essence of machine technology.”

La discontinuidad en el pensamiento





En el capítulo 3 de su famoso libro Amusing Ourselves to Death, Neil Postman analiza el cambio de la forma de pensar dentro de la sociedad americana del siglo 19 y del siglo 20. En el siglo 19 había mucha gente habituada a leer y por tanto tenía fluidez en el pensamiento. Por contrario, en el siglo 20, después de la aparición de la televisión, la gente empezó a habituarse con flujos de imágenes no relacionadas, que reemplazaron poco a poco la lectura y la información recogida de libros y periódicos. Como consecuencia, la manera de pensar cambió, así que la discontinuidad en el pensamiento ha llegado a ser la norma en la sociedad. Neil Postman muestra como el valor del discurso racional fue socavado y reemplazado con un discurso basado en diversión, placer y gratificación inmediata. En el capítulo 7 de su libro, Neil Postman demuestra este cambio con un ejemplo: la utilización de una conjunción que aparecía con mucha frecuencia en los programas de noticias americanos. Esta expresión es “now, this” (y ahora, esto). Ella hace el público dejar de pensar en la información presentada unos segundos antes, para introducir un nuevo sujeto que no tiene ninguna relación con el anterior. El autor muestra, no sin ironía, que las conjunciones se utilizan normalmente como conectores, pero en este caso, “now, this” sirve para “desconectar”. Esto hace el espectador no tomar en serio las informaciones presentadas en las noticias, sino como un fragmento de un programa de televisión. Aquí se desvela el valor intrínseco de entretenimiento que tiene la televisión. Este capítulo es realmente una metáfora del modo en el que hemos aceptado de recibir y transmitir información y de interaccionar con la realidad.  Lo que es preocupante es el hecho de que la gente se habitúa poco a poco tener en otros contextos la misma actitud que tiene con respecto a la tele. La interacción humana cambio mucho desde cuando la televisión ha llegado a ser la norma en la sociedad. Vamos a seguir analizando sus efectos neurológicos para comprender este cambio.


Efectos neurologicos







La neurología es otro campo que ofrece una percepción muy útil en el problema de la discontinuidad, mostrando que la televisión es en realidad una droga.  Wes Moore, un científico americano, ha publicado un estudio en el Journal of Cognitive Liberties[1] en el que analiza el impacto de la televisión sobre el cerebro. Ver la tele hace la actividad del cerebro cambiar del hemisferio izquierdo al hemisferio derecho. Este cambio libera un flujo de opiáceos naturales  responsables para la formación de costumbres. Además, la parte derecha del cerebro no procesa información, sino es responsable para respuestas más bien emocionales que racionales. La televisión hace también que el cerebro entre en una condición “alpha” ultra receptiva y desconcentrada, que es característica de los estadios de hipnosis o de meditación. Esto significa que la televisión tiene el efecto de una droga, la única diferencia siendo que el contenido de la televisión puede ser controlado. Solamente este hecho debería ser suficiente para catalogar la televisión como una de las mas peligrosas drogas del mundo.
Otro estudio hecho por Dimitri Christakis en 2011[2] se focaliza en los efectos neurológicos sobre los niños. Los niños son las victimas por definición de la televisión. Un niñito que crece con la tele va a tener su cerebro adaptado al tipo de ambiente simbólico que ha absorbido. Pero lo que más molesta es que la tele sobre-estimula el cerebro con la sucesión súper rápida de imágenes. Los niños que crecen con la tele pueden desarrollar problemas graves de concentración. Es un problema muy delicado porque la concentración es el primer requisito para el desarrollo de la inteligencia. Si uno no se puede concentrar, no puede sostener un proceso coherente de aprendizaje. Si la mayoría de los padres permiten a sus niños ver la tele con regularidad, ellos contribuyen a la creación de una sociedad en la cual las personas con una capacidad reducida de concentración son la norma. Este tipo de personas pueden ser fácilmente manipuladas.


[1] Wes Moore. Television: Opiate of the Masses. The Journal of Cognitive Liberties, http://www.cognitiveliberty.org/5jcl/5JCL59.htm, 2001
[2] Dimitri Christakis. Media and Children. YouTube, https://www.youtube.com/watch?v=BoT7qH_uVNo. TED. 2011. Lecture.


La television, instrumento para dominar



Con el iluminismo, han aparecido varias visiones sobre el mundo en el occidente, una de ellas formulada por Thomas Hobbes, filósofo inglés: si no hay un poder que controle la gente, la gente vive en condición de guerra, cada uno contra cada uno.[1] Esta visión del mundo se traduce con “el que domina versus el dominado”. En nuestro tiempo, la televisión sirve como medida para cultivar este tipo de visión sobre el mundo.  Cuatro científicos americanos han hecho un estudio en 1987 y han demostrado de manera empírica que el efecto de los programas de televisión sobre la sociedad americana es la cultivación de la idea que el mundo es un lugar peligroso y de que uno no se puede fiar de la gente. Otra conclusión importante del estudio es que los productores de televisión no toman en cuenta los cambios sociales. En cambio, intentan modificar el comportamiento humano sirviéndose de ideas de cómo la gente debería comportarse. La televisión proyecta la persona en un mundo imaginario conceptualizado con el objetivo de reestructurar el universo mental colectivo. Se puede concluir que esta manera de pensar y de ver el mundo hace la sociedad más corrupta en vez de mejorarla.


[1] Thomas Hobbes. Of Man, Being the First Part of Leviathan. The Harvard Classics. 1909–14. “During the time men live without a common power to keep them all in awe, they are in that condition which is called war … of every man against every man.”

Volviendo a nuestro poder creativo



Podemos decir que boicotear la televisión es equivalente con boicotear la libertad de expresión, de arte y de la prensa, y también de quitar el acceso a la información y arte de calidad. Pero antes de plantearse tal problema, se puede poner la pregunta si lo que se presenta en la televisión es de confianza, y también si el arte que la tele promueve es de calidad. Desde el punto de vista de las preferencias, este artículo no puede hacer afirmaciones absolutas sobre la naturaleza subjetiva de la apreciación estética. Sin embargo, teniendo en cuenta las informaciones presentadas en los otros artículos, es difícil de tomar en serio lo que la televisión presenta. Pero, como hemos visto en los artículos que hablan de Marshall McLuhan y Neil Postman, esta es la esencia de la televisión. Entonces, si una persona quiere dedicarse a una actividad seria, tiene que apartarse de la tele y coger un libro o un periódico, o quizás buscar un hobby. El poder creativo es disminuido si, en nuestro tiempo libre, en lugar de dejar la mente vagar, nos dedicamos a ver la tele. Si buscamos realmente la libertad de expresión, tenemos que estar lejos de la pantalla. Para volver al artículo de Wes Moore, la creatividad se manifiesta cuando el cerebro está en “desequilibrio caótico, que estimula el flujo dinamico de comunicación entre todas las regiones del cerebro, facilitando la comprensión de alto nivel y la formación de ideas complejas.”[1]
Neil Postman cree que la gente debería ponerse una pregunta esencial para evaluar una tecnología nueva: “¿cual es el problema para el cual esta es la solución?”. Como lo dijo el, cada tecnología tiene sus ganadores y sus perdedores. Parece que la mayoría de la gente son perdedores con la televisión. Se puede concluir que si la gente dejara de ver la televisión, podría volver a una vida más natural y más coherente.  



[1] Wes Moore. Television: Opiate of the Masses. The Journal of Cognitive Liberties, http://www.cognitiveliberty.org/5jcl/5JCL59.htm, 2001. “chaotic disequilibrium dynamic flow of communication between all of the regions of the brain, which facilitates the comprehension of higher levels of order … and leads to the formation of complex ideas.”